El Héroe discreto capitulo III
Argumento: Felicito Yanaque
era dueño de una asociación de transportistas que había inaugurado con mucho
esfuerzo, este señor tenía un matrimonio con Gertrudis, sus hijos eran Tiburcio
y Miguel. Yanaque tenía una relación con su querida amante Mabel quien había
conocido 8 años atrás. El transportista estaba siendo intimidado mediante
cartas de un anónimo quien se hacía llamar La Arañita, este estaba pendiente de
su vida privada y lo amenzaba constantemente a cambio de dinero, Yanaque al
recibir las primeras cartas las llevo a la policía donde pidió al Capitan Silva
que investigara sobre el paradero de sus acosadores.
Secuencia Narrativa: El transportista
felicito a Yanaque que llevaba una vida de trabajo duro, su matrimonio con
Gertrudis había perdido completamente el interés demostrando ninguna pizca de
efecto entre ambos, de la cual solo se habían casado por la razón de que
felicito se encontraba en estado de embriagues y se había acostado con
Gertrudis esta al quedar embarazada la madre conocida como la mandona obligo a
Yanaque a contraer matrimonio ya que de lo contrario este hubiera ido a la
cárcel porque Gertrudis era menor de edad, hecho que lamentaba y cuyo
pensamiento no quería recordar sino hasta cuando conocio el amor verdadero a
lado de la sensual jovencita Mabel a quien luego de estar una noche con ella,
este a cambio le mejoro su calidad de vida, comprándole una casa amueblada y
regalos para que luciera bonita cuando este la visitara. Una tarde Yanaque
recibió una carta de La Arañita, motivo por el cual la sonrisa de los últimos
días que había tenido se borraron ligeramente cuando al salir de la casa de
Mabel estaba un sobre en la puerta estos dos los leyeron y quedaron fríos, al
ver que alguien les estaba espiando y conocían la vida íntima de Felicito
diciéndoles: “Usted nos está declarando la guerra, la tendrá por su
equivocación de ir a la comisaria, por ello nosotros le anunciamos que saldrá
perdiendo y lamentándolo”. Motivo de ello felicito muy asustado recurre a la
comisaria nuevamente para explicar muy desesperadamente su caso al que espera
respuesta, el capitán Silva le promete llegar al final de todo y le pide que se
dirija a su casa mientras ellos se ocupan del caso. Este al llegar cruza algunas
palabras con su mujer y decide irse a dormir un rato, lo cual no lo consigue y
se levanta en la madrugada a realizar sus acostumbrados ejercicios cuando un
joven se acerca apresurado informándole que su agencia se está incendiando.
El héroe discreto Capitulo IV
Argumento: El matrimonio de
Ismael y Armida se llevó a cabo en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen
siendo los testigos Rigoberto y Lucrecia al realizarse la ceremonia donde luego
de darla por terminada se dieron las respectivas felicitaciones, seguido
impartiendo el viaje su luna de miel. De igual manera Rigoberto y Lucrecia
partirían al siguiente día a Europa no sin antes darles la noticia a los
mellizos hijos Ismael ya que estos no conocían que su padre había contraído
matrimonio con Armida la que fue la empleada, pero al morir su madre, esta fue
el mejor reemplazo que pudo encontrar su padre Ismael después de viudo.
Secuencia Narrativa: Al casarse Ismael
y Armida en la iglesia Nuestra Señora del Carmen el cura Narciso es el que
realiza el sacramento seguido de la ceremonia recurren a su luna de miel estos
les encarga a sus compadres Rigoberto y Lucrecia que le dieran la noticia a los
mellizos especialmente a Foncito este al regresar del colegio y saber la
noticia sonrió por educación y se marchó a su habitación como si no lo hubiese
tomado importancia. Al quedar solo Rigoberto y Lucrecia tratan de descansar
mientras se ponen cómodos en el dormitorio, ya instalados los dos, Rigoberto le
pide a Lucrecia que le contara la historia de los dos tortolitos ya que ella
era muy amiga de Armida, este le resultaba chistoso pero enseguida empezó a
contarle. Lucrecia sabía todo los acontecimientos ya que Armida se le
comunicaba, esta era la empleada de Ismael un buen señor ricachón de setenta
años quien había quedado viudo y desconcertado ahogado en una gran tristeza
pero fueron los cariños y gestos de amabilidad de Armida que esta logro
convertiré rápidamente en el amor de su vida y dueña de todo lo que a él también le pertenecía. Al terminar su
relato Rigoberto estuvo desvelado, se levanta de la cama y decide ir a leer el
capítulo de su libro Doktor Faustus de Thomas Mann, para relajarse un poco y
entretener sus pensamientos en tan interesante libro.
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